Los primeros años de la Educación Primaria cumplen una importante función compensadora y socializadora y se corresponden con el inicio de la adquisición de las destrezas instrumentales básicas y su aplicación al medio y a su cultura. En estos años los escolares tienen una visión del mundo muy subjetiva, siendo elevada su dependencia de los adultos.
A lo largo de la etapa, se afianzan las mencionadas destrezas básicas y se introducen técnicas de trabajo que facilitan el acercamiento al análisis de la realidad y a una visión de ésta más racional y objetiva. Se realizan tareas de complejidad creciente, se comienza el quehacer cooperativo y los alumnos y alumnas son cada vez más autónomos con relación al profesor o profesora.
En todo este proceso y dependiendo de las diferencias individuales, se dan situaciones y ritmos de aprendizaje diversos, lo que hace necesario un adecuado tratamiento de la diversidad.
En suma, esta etapa debe proporcionar al alumno:
Los puntos en los que se basa nuestra práctica educativa son los siguientes:
En el Colegio Obispo Perelló todos estos objetivos se pretenden alcanzar dentro de un ambiente de afecto y confianza, en el que los valores tienen, durante toda la escolaridad, un lugar prioritario. Por ello, en nuestro colegio prestamos especial atención a la educación en valores. A través de ellos, y durante el desarrollo de nuestra labor educativa se favorecerá de un modo especial la transmisión y desarrollo de los valores para la vida y la convivencia, como son: el respeto a los demás y a su trabajo, la aceptación de normas, el interés por convivir y colaborar con los compañeros y con el adulto, y el respeto al medio ambiente, etc.
Tenemos en cuenta los siguientes tipos de valores:
Unos de los más grandes retos a los que nos enfrentamos en la actualidad, con respecto a la educación en valores, es el de afianzar su dimensión comunitaria y dentro de ella, la búsqueda de cauces de participación y colaboración entre la familia y la escuela.